miércoles, 13 de enero de 2010

SOLO UN BUEN AMIGO

No sabía que aquel culo era un corazón dibujado en su honor. Era sonrosado redondo y firme. Dándole la vuelta era igual que un corazón de opereta. Lo miré con éxtasis pensando que aquella imagen iba a estar siempre en mi mente asociada a su recuerdo. Ella ignorante de mi pensamiento soltó una carcajada loca al tiempo que sacudía su cabeza, moviendo con soltura sus dorados y largos cabellos.
Tomé asiento en el sillón que estaba situado en el rincón más oscuro del camerino, contemplando cómo se maquillaba, dándome cuenta de que por mucho que la amase, yo solo sería para ella un buen amigo, que admiraba a una estrella del escenario.

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