sábado, 9 de enero de 2010

LA PITONISA

-¡Niño, tira pa' Linares!
-Necesitamos dinero. Dijo mi abuela.
Desde que mis padres fallecieron accidentalmente, ella era nuestro medio de vida. Con su larga túnica y el extraño turbante cubriendo su blanca cabellera, sabía acercarse a las mujeres que pagaban bien sus tiradas de tarot.
Preguntaba a la mujer mientras barajaba...
-¿Dime cariño, que aflige tu corazón?
-¡Mi hijo entró al ejército y no me escribe!
¡Vamos a ver hija porque no lo hace!
7 cartas caían sobre el tablero. Ella fingía estudiar detenidamente el mensaje y de sus labios brotaban las palabras esperanzadas que querían escuchar las consultantes, que agradecidas entregaban sus monedas.

En estos relatos de cien palabras no hay que contar el contenido de la primera frase, ya que es la que da lugar al desarrollo del la historia

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