miércoles, 13 de enero de 2010

TRASQUILONES

¡Mejor el monstruo que mamá!
Era de plástico pero siempre le tuve miedo aunque menos que a los gritos de ella.
Me acurruqué debajo de la camilla desplazando al brasero que todavía contenía cenizas.
¿Qué ha pasado aquí...?
-Ya está... ¡El grito...!
Me encogí bajo los faldones de la mesa, temblando.
-¿Dónde estás Carlitos? -¡Esto es cosa tuya!
Un leve gemido me delató. Inmediatamente vi la cabeza de mamá boca abajo, enmarcada entre dos patas de la camilla, sujetando en su mano la horrible muñeca de mi hermana Andrea llena de trasquilones. Miré asustado al monstruo, mientras mamá me sacaba de debajo de la mesa.

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