jueves, 16 de septiembre de 2010

ROBÓ TRES BOCADOS

Y dio otro bocado. Vi como paladeaba mi merienda. ¿Me dejas que muerda otra vez? Dijo mientras tiraba de mi mano y su enorme boca mordía nuevamente. Robó tres bocados de mi pequeño bocadillo dejándolo reducido a un párvulo currusco. Mientras miraba mi reducida merienda, sentí que su mano abrazaba mi hombro atrayéndome hacia ella. Me desprendí de su abrazo y metí rápidamente el pan con atún en mi boca a la vez que salía corriendo. Escuché su risa detrás de mí y su voz que gritaba. Espera… espera… ¡Solo quiero decirte que mañana le digas a tu madre que quiero otro igual!

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